“Ya no podemos realizar nuestro trabajo y cuidar a sus hijos adecuadamente”

NOQueremos hablar contigo sobre nuestro negocio. Una profesión tan querida en nuestro corazón que ejercemos con pasión.

Cuidadores de reanimación pediátrica, cuidamos de sus hijos en un momento en que su preciosa vida está en peligro y necesita ser reanimada.

Atendemos todo tipo de enfermedades: enfermedades respiratorias, cardíacas y metabólicas graves, trasplantes, accidentes de vida (domésticos, vía pública, meningitis, etc.).

¿Por qué ahora no podemos hacer nuestro trabajo y cuidar a sus hijos adecuadamente? Porque el 20% de las camas están cerradas en el Assistance Publique-Hôpitaux de Paris (AP-HP), donde trabajamos. La razón ? Falta de personal de enfermería. ¿Por qué esta profesión de pasión ya no atrae? Debido a las condiciones de trabajo degradadas, ritmo de trabajo frenético.

Remuneración irrisoria

Alternamos días y noches, recordamos nuestros descansos, encadenamos fines de semana. La remuneración que compensa esta intensidad de trabajo y las limitaciones de tiempo es irrisoria. Los jóvenes graduados ya no se postulan y los más antiguos, que aportan una cierta experiencia y que formaron la base de los servicios, se van.

La reanimación pediátrica es una especialidad que solo existe en los hospitales públicos. Las camas cerradas con nosotros significan que los niños en peligro vital no pueden ser acomodados. Entonces, cuando no hay más espacio, cambiamos al soporte de “modo degradado”, que se traduce como “inseguro”.

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Atendemos a niños que requieren asistencia respiratoria en los pasillos, otros muy inestables se quedan en camiones del SAMU a la espera de que haya un lugar disponible, o son trasladados a decenas o incluso cientos de kilómetros de su domicilio, como sucedió nuevamente el pasado semana. Esta situación no es reciente, ya la reportamos hace tres años. El informe de la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) de 2019 no cambió nada; nuestras cartas a los gobiernos y directorios no recibieron respuesta.

Se nos dice que tenemos que adaptarnos. Este verbo, nos lo sabemos de memoria en cuidados intensivos, le da ritmo a nuestro día a día. Pero adaptarse a un modo de funcionamiento degradado va contra la naturaleza de los cuidadores que somos. Para tener éxito, debemos tener conocimientos avanzados para trabajar en estrecha colaboración con el equipo médico y manejar las máquinas que mantienen con vida a nuestros pacientes.

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