El presupuesto de la Seguridad Social para 2023 prevé un déficit muy reducido, a 6.800 millones de euros, pero las pérdidas del ramo de vejez se ampliarán en los años siguientes, según el proyecto de ley consultado el domingo 25 de septiembre por Agence France- Presiona Desde el pésimo récord de 2020 (casi 39.000 millones) a causa del Covid-19, las pérdidas han seguido reduciéndose: menos de 25.000 millones en 2021, 17.800 millones este año y, por tanto, los 6.800 millones previstos. en 2023.
Estas cifras, que abarcan un ámbito más amplio que el mero régimen general de los fondos de la Seguridad Social, no obstante confirman la espectacular recuperación de las cuentas, primero gracias al crecimiento, ahora con la ayuda de la inflación.
La subida de los precios, y con ella la de los salarios, sí que impulsa las cotizaciones, lo que se traducirá en 2023 en un salto del 4,1% de los ingresos, cuando los gastos solo aumentarán un 2,1%. Una situación que beneficiará principalmente a la rama sanitaria, cuyas pérdidas se reducirán de unos 20.000 millones este año a 6.500 millones en 2023.
Sin embargo, este resultado está sujeto a cautela, ya que se debe en gran medida al derretimiento de la factura vinculada a Covid, que pasaría de más de 11 mil millones a solo 1 mil millones en 2023. Sin embargo, esta disposición “Riesgo de resultar muy insuficiente”según dictamen del Consejo Superior de Finanzas Públicas, citado en el documento.
Prestidigitación presupuestaria
Las medidas de ahorro son inconmensurables: el Gobierno pretende así hacer frente a los paros laborales emitidos por teleconsulta, cuyo coste ronda los 100 millones de euros, y reforzar el arsenal contra el fraude social. Una llamada del pie asumido por la derecha ante un complicado debate en el Parlamento.
A esto se suma un juego de manos presupuestario, el texto que prevé la transferencia de los 2.000 millones pagados en virtud del “licencia de maternidad post-natal” a la rama familiar, que aún tendría superávit en 2023 y los años siguientes, al igual que la rama de accidentes de trabajo. En cambio, la rama sanitaria no saldría de números rojos, su déficit debería seguir absorbiéndose a un ritmo mucho más moderado, hasta situarse en 2.600 millones en 2026.
En una trayectoria opuesta, la rama de vejez podría recuperar rápidamente el título de“enfermo de la Secu”. Sin embargo, cerca del equilibrio este año (-1700 millones), debería volver a caer a 2700 millones en 2023 y hasta 13700 millones en 2026.
Un balance “particularmente sensible” a “desaceleración proyectada de la inflación”porque las pensiones se revalorizan el 1ejem Enero en base al incremento de precios observado el año anterior. El aumento anticipado del 4% en julio ciertamente limitará el impacto en 2023, pero la reacción se sentirá a partir de 2024.
Reticencias y amenazas de mociones de censura
atrapado por “los efectos demográficos del envejecimiento” de la población, la rama de la vejez también se verá lastrada por una “marcada degradación” el sistema de funcionarios territoriales y hospitalarios (CNRACL), atrapados por la creciente utilización de trabajadores subcontratados. Tantos elementos que deberían pesar más “el objetivo de elevar progresivamente la edad efectiva de jubilación”cuyo ascenso observado en los últimos quince años debería continuar en el corto plazo.
Sin embargo, el proyecto de ley no incluye ninguna medida de reforma de las pensiones, mientras que el ejecutivo está considerando introducir un aumento en la edad legal o el período de cotización mediante una enmienda durante los debates en el Parlamento en el mes de octubre.
Este escenario, sin embargo, tropieza con las reticencias de la propia mayoría, mientras que las oposiciones de izquierda y extrema derecha amenazan con sacar mociones de censura en la Asamblea. El ejecutivo pretende no obstante llevar a cabo esta reforma para el verano de 2023, abogando por la rápida y duradera vuelta de los déficits, apunta en el último informe del Consejo de Orientación de Pensiones.