Iba a ser temporal, “temporal” al menos, según la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. Pero la inflación es cualquier cosa menos pasajera. Del 2,6% a tasa anual en octubre de 2021, la suba de los precios pasó al 5,9% al cierre de agosto de 2022, según el INSEE. Y el resto no es más alentador, con expectativas para 2023 con una inflación del 4,3% en Francia. “Un fenómeno estructural que se debe a cambios en nuestras economías, a que los recursos no son infinitos (…) así como a políticas monetarias muy amplias de los bancos centrales que no han surtido efecto”, dice Véronique Riches-Flores, fundadora de la firma Richesflores Research y primer invitado de la “Gran reunión de ahorro” (Radio Capital/Patrimonio). Y para el economista, tendremos que acostumbrarnos a “shocks de precios” duraderos.
Lo que erosiona el poder adquisitivo de los franceses y los deja perplejos ante las soluciones de ahorro que tienen a su disposición. Porque si la tasa de un folleto se duplicó el 1 de agosto y que la rentabilidad del fondo del euro debería recuperarse gracias a la subida de los tipos soberanos, la observación es implacable. En estos productos de capital garantizado, el valor de su dinero disminuye. ¿Pero es una fatalidad? “Una nueva situación, una nueva estrategia. Antes, la inflación muy baja no era realmente un problema. Ahora se convierte. Y sobre el dinero que necesitamos a corto plazo, no hay muchas soluciones”, rebana desde el principio (…)
(…) Haga clic aquí para ver más
Puericultura: los nuevos impulsos previstos para las familias
Retención en la fuente: podrás bajar tu tasa más fácilmente
Aerolíneas: Washington quiere más transparencia sobre costos adicionales de boletos de avión
Impuesto sobre la renta: aquí está la nueva escala para 2023
Salto del impuesto a la propiedad confirmado para 2023