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La NASA intentará hacer lo que la ciencia ficción ha imaginado durante mucho tiempo: desviar la trayectoria de un asteroide por primera vez al estrellar una nave en su superficie. Una prueba de “defensa planetaria”, que debería permitir proteger mejor a la humanidad contra una posible amenaza futura.
La prueba es inminente. La misión Dart (dardo, en inglés) despegó en noviembre desde California. Después de diez meses de viaje, la nave espacial chocará contra el asteroide Dimorphos a las 23:14 GMT del lunes 26 de septiembre a una velocidad de más de 20.000 km/h.
El barco no es más grande que un automóvil y su objetivo tiene unos 160 metros de diámetro, la mitad de la altura de la Torre Eiffel.
No se asuste, Dimorphos no representa una amenaza para la Tierra de ninguna manera: su órbita alrededor del Sol pasa a solo siete millones de kilómetros de nosotros en su punto más cercano.
Pero “es importante lograr la misión antes de que descubramos una necesidad real”, dijo Andrea Riley, a cargo de la misión en la NASA. El momento del impacto promete ser espectacular y podrá seguirse en directo a través del canal de vídeos de la agencia estadounidense.
No se trata de destruir el asteroide, sino de empujarlo ligeramente. La técnica se llama impacto cinético.
Dimorphos es en realidad el satélite de un asteroide más grande, Didymos (780 metros de diámetro), que orbita en 11 horas y 55 minutos. El objetivo es reducir la órbita de Dimorphos alrededor de Didymos en unos diez minutos.
Este cambio se puede medir con telescopios desde la Tierra, observando la variación de brillo cuando el asteroide pequeño pasa por delante del grande.
El objetivo puede parecer modesto, pero esta demostración es crucial para el futuro.
El objetivo es comprender mejor cómo reaccionará Dimorphos, representante de una población de asteroides bastante comunes, cuya composición exacta no se conoce. El efecto del impacto dependerá en gran medida de su porosidad, es decir, de si es más o menos compacta.
misil autoguiado
Para alcanzar un objetivo tan pequeño, la nave se dirigirá de forma autónoma durante las últimas cuatro horas, como un misil autoguiado.
Su cámara, llamada Draco, tomará en el último momento las primeras imágenes del asteroide, cuya forma aún se desconoce (redonda, oblonga, etc.). A una velocidad de un cuadro por segundo, visible en vivo en la Tierra con un retraso de solo unos 45 segundos.
“Va a comenzar con un pequeño punto de luz, hasta que llene todo el encuadre”, dijo Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland (este), donde se encuentra el centro de control.
“Estas imágenes seguirán llegando, hasta que dejen de hacerlo”, agregó, refiriéndose al momento de la explosión.
Tres minutos más tarde, un satélite del tamaño de una caja de zapatos, llamado LiciaCube y lanzado por la nave hace unos días, pasará a unos 55 km del asteroide para capturar imágenes de la eyección, los fragmentos generados por la explosión. Serán enviados de vuelta a la Tierra en las próximas semanas y meses.
El evento también será observado por los telescopios espaciales Hubble y James Webb, que deberían poder detectar una brillante nube de polvo.
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Luego, la sonda europea Hera, que despegará en 2024, observará de cerca a Dimorphos en 2026 para evaluar las consecuencias del impacto y calcular, por primera vez, la masa del asteroide.
30.000 asteroides cercanos a la Tierra
Muy pocos asteroides conocidos se consideran potencialmente peligrosos, y ninguno lo será en los próximos cien años.
Pero “te garantizo que si esperas lo suficiente, habrá un objeto”, dijo el científico jefe de la NASA, Thomas Zurbuchen.
Cerca de 30.000 asteroides de todos los tamaños han sido catalogados en las cercanías de la Tierra (se les llama objetos cercanos a la Tierra, es decir, su órbita cruza la de nuestro planeta). Cada año se encuentran unos 3.000 nuevos.
Los de un kilómetro o más han sido avistados casi todos, según los científicos. Pero estiman que solo conocen alrededor del 40% de los asteroides que miden 140 metros o más, aquellos capaces de devastar toda una región.
Si Dart no alcanza su objetivo, el barco debería tener suficiente combustible para otro intento en dos años.
Y si la misión tiene éxito, será un primer paso hacia una capacidad de defensa real, según Nancy Chabot. “La Tierra ha sido golpeada por asteroides durante miles de millones de años y volverá a suceder. Como humanos, asegurémonos de vivir en una civilización donde podamos evitarlo”.
Con AFP