Los investigadores han desarrollado una cámara que funciona sin pilas para explorar los océanos, descubrir nuevas especies marinas y monitorear el cambio climático y la contaminación. Diseñado para ser de potencia ultrabaja, utiliza una señal de sonido emitida por una estación base para alimentarse y transmitir datos.
A pesar de todos los avances tecnológicos, nuestro conocimiento de los océanos son todavía muy limitados. Para poder estudiar el fondo marino, investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, han logrado crear una cámara subacuática autónoma, que funciona completamente sin baterías y se comunica de forma inalámbrica, sin emitir ondas. Detallaron su invento en la reseña. NaturalezaComunicaciones.
Para alimentar la cámara, el dispositivo utiliza un transductor, hecho con materiales piezoeléctricos, que convierte las ondas sonoras en electricidad. Estas ondas se transmiten a través del agua desde una estación base. La potencia obtenida es del orden de algunas decenas a algunas centenas de microvatios. Esta energía se almacena en un supercondensador hasta que alcance el umbral necesario para tomar o transmitir fotos.
Consumo extremadamente bajo
Con una fuente de alimentación de este tipo, la cámara debe tener necesariamente un consumo de energía muy bajo. Para lograr esto, los investigadores optaron por un sensor monocromático comercial de potencia ultrabaja (Himax HM01B0). Para obtener imágenes en color, el dispositivo está equipado con tres diodos LED: uno rojo, uno azul y uno verde. Luego, la cámara toma tres fotos, una con cada color de iluminación. Luego se combinan para formar una imagen de un solo color.
Para transmitir las fotos, los investigadores no pudieron utilizar un sistema de comunicación subacuático existente. Estos usan al menos de 50 a 100 milivatios, o mil veces la energía recolectada por los transductores. Redujeron el consumo a unos pocos nanovatios utilizando una técnica que no emite señal: retrodispersión (Dónde retrodispersión). Con este método lograron transmitir datos a más de 40 metros de forma inalámbrica y sin emisiones de la cámara.
Transmisión de imágenes por retrodispersión
La retrodispersión se basa en la señal de sonido emitida por la estación base que alimenta la cámara, parte de la cual se refleja de forma natural hacia la fuente, como un radar. El dispositivo modifica el coeficiente de reflexión del transductor piezoeléctrico utilizando dos transistores. La estación base está equipada de un hidrófono (un micrófono que funciona bajo el agua) para medir el retorno de la señal acústica. Detecta variaciones inducidas por cambios en el coeficiente de reflexión, recibiendo así una señal binaria. De esta forma, la cámara transmite datos a una velocidad de unos pocos kilobits por segundo.
Para los investigadores, esta invención podría usarse en muchos campos, incluida la oceanografía, la biología marina, la climatología o la arqueología subacuática. Esperan observar la fauna y la flora en los océanos y descubrir nuevas especies. La cámara también podría monitorear la contaminación y los efectos de cambio climático en los océanos.