El patrimonio económico nacional asciende a cerca de 20.000 millones de euros.
Si bien el aumento de la inflación y la caída del poder adquisitivo siguen ocupando los titulares, la Banque de France está entregando información el miércoles que es bastante contraria a la intuición general. Francia no se empobrece, ni mucho menos…
Insensible a los vaivenes de la situación económica, ya sea sanitaria o económica, el patrimonio nacional sigue creciendo año tras año. Así, según las últimas cifras de la Banque de France, alcanzó los 18.906 millones de euros en 2021, frente a un producto interior bruto (PIB) -que representa la riqueza adicional acumulada en un año- de 2501 millones de euros.
El año pasado, la riqueza del país creció un 8,1% en un año. Y sabiendo que un año antes ya había saltado sorprendentemente un 6,6% en 2020 a pesar de las restricciones sanitarias y sus devastadoras consecuencias en la economía…
Cerca de 10.000 millones de euros de inmuebles para particulares
¿De dónde vienen esos números? Porque los hogares, cuyos activos representan el 77% de la riqueza del país, cuentan con activos sólidos. Su riqueza, impulsada por la subida del precio del suelo edificado y de los activos financieros, alcanzó los 14.600 millones de euros, de los que casi 10.000 millones corresponden sólo a inmuebles. Las empresas (no financieras) también se están beneficiando del buen comportamiento de los edificios: su cartera alcanza un máximo de 3.295 millones de euros, un +5,5% en un año, tras un +7,5% en 2020. El mercado anual excelente (+26,2% para el SBF 120 por ejemplo en 2021) consolidó la tendencia.
En comparación con los individuos y las empresas, el estado, que es tan omnipotente en la vida de los franceses, muestra un perfil bajo, con activos de administración pública establecidos en 375 mil millones de euros, o el 2% de la riqueza nacional total. En 2021 aumentó en 186.000 millones de euros, tras un deterioro de 122.000 millones de euros en 2020, año en el que la factura de la crisis sanitaria la pagó casi en su totalidad la esfera pública.
Estas buenas cifras de riqueza económica nacional son usadas y abusadas regularmente por los partidarios del statu quo en Francia con el argumento de que Francia es lo suficientemente rica y, por lo tanto, no necesita las reformas de choque, como las pensiones, que el presidente Macron quiere impulsar. La realidad es lamentablemente más compleja porque este patrimonio, real y creciente, no es en modo alguno líquido y no basta con agacharse para recoger los frutos o los dividendos…
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