Estaban estos siete mil millones de euros de inversión pública en hidrógeno descarbonizado anunciado en septiembre de 2020, durante la presentación del Plan de recuperación de Francia. A esto se sumaron otros dos mil millones de Francia 2030, un plan de inversionest de las diez tecnologías del futuro en las que Francia no quiere quedarse atrás.
El conjunto arroja así una estrategia dotada con nueve mil millones de euros que Francia está adoptando con la esperanza de convertirse en uno de los líderes mundiales en este vector energético que, cuando se obtiene de forma baja en carbono, es llamados a jugar un papel clave en la transición ecológica (ver recuadro). El objetivo es tanto descarbonizar los procesos industriales, un gran desafío en la industria pesada, como la movilidad donde el hidrógeno puede permitir que el transporte pesado (camiones, utilitarios, autocares, etc.) acceda a la movilidad. electricidad que no sea por batería.
5.300 millones de euros en diez proyectos de tecnología del hidrógeno
Es uno de estos aspectos de esta estrategia del hidrógeno que Elisabeth Borne está concretando este miércoles por la mañana durante un viaje a Venette, cerca de Compiègne (Oise)en el centro de investigación y desarrollo (I+D) de el proveedor de automoción Plastic Omnium. El presidente del Gobierno anunciará los diez proyectos franceses seleccionados en el marco del mecanismo europeo Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI). “Permite pedir a la Comisión Europea, con un grupo de otros países de la UE, autorización para dar ayuda estatal masiva a proyectos industriales”, recordamos a Matignon.
En diciembre de 2020, 23 estados de la UE junto con Noruega lanzaron un PIIEC sobre tecnologías de hidrógeno. Del centenar de proyectos presentados, se seleccionaron 41 propuestos por 35 empresas, incluidas diez francesas. De estos diez proyectos, “Francia otorgará 2.100 millones de euros en créditos públicos que irán acompañados de 3.200 millones en inversiones privadas”, anuncia Matignon.
Plastic Omnium está en la lista. Cerca de Venette, el fabricante construirá una planta de producción de tanques de hidrógeno en los próximos años. Entre las otras empresas francesas, está Elogen, que producirá electrolizadores a Vendôme (Loir y Cher) o McPhy que hará lo propio en la región de Belfort. También hay proyectos en pilas de combustible, en el campo de los materiales para equipos de movilidad o incluso en vehículos utilitarios, con Hivia, una filial de Renault y Plug Power, que tiene como objetivo convertir a hidrógeno los vehículos de la marca diamante destinados al transporte de mercancías o pasajeros. “Estas inversiones se realizan, por tanto, en tecnologías muy variadas, tanto para I+D como de apoyo a la producción”, dice Matignon.
Objetivo de 10,5 gigavatios de hidrógeno libre de carbono para 2030
Estos diez futuros sitios industriales se construirán en siete regiones francesas, desde Belfort hasta Beziers pasando por Venette o Vendome. Matingon espera 5.200 empleos directos y precisa que este PIIEC está solo en su primera ola. “Otros seguirán, en particular sobre los usos del hidrógeno o sobre la movilidad”, especifica un asesor de Elisabeth Borne. “Otros proyectos franceses están de nuevo en marcha”, se felicita Elisabeth Borne.
De hecho, este es todo el objetivo de esta estrategia de hidrógeno, recuerda Matignon: “crear un sector soberano de extremo a extremo, con jugadores capaces de inventar nuevas tecnologías y jugadores capaces de utilizar este hidrógeno”. También es alcanzar niveles masivos de producción de hidrógeno descarbonatado. “Esperamos producir 10,5 gigavatios por electrólisis en 2030 y tener cien mil puestos de trabajo relacionados con el hidrógeno en este mismo horizonte”, precisamos aquí de nuevo en el despacho del presidente del Gobierno.
Al convertir la electricidad en forma gaseosa o líquida, el hidrógeno tiene la ventaja de poder almacenar esta electricidad durante mucho tiempo y hacerla más fácilmente transportable. Este hidrógeno se puede obtener por electrólisis del agua. El proceso consiste en hacer pasar una corriente eléctrica a través del agua (H₂O) para separar sus dos elementos químicos. Oxígeno por un lado, hidrógeno (H₂) por el otro, que luego solo necesita ser recuperado. Y si la electricidad utilizada durante la operación es baja en carbono, es decir de origen nuclear o renovable (solar, eólica, etc.), entonces se obtiene hidrógeno “verde”. Es este hidrógeno por electrólisis el que puede ser un acelerador de la transición energética. Sin tener la respuesta a todo, recordó el Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (Iddri), en un estudio publicado el pasado mes de enero.