Diamante ultra raro revela enormes océanos bajo el manto de la Tierra

¿Y si el planeta azul no solo estuviera en la superficie, sino también en el corazón? Eso es lo que parece revelar trabajo reciente realizado en particular por Tingting Gu, de la Universidad de Purdue, sobre un diamante de las profundidades de Botswana.

Extraído de la mina Karowe, el guijarro no es un guijarro cualquiera. Él es tipo IaB, uno de los más raros, rico en “inclusiones” de hidrógeno y nitrógeno. Estudiados mediante métodos espectroscópicos no invasivos, los minerales contenidos en las “inclusiones” del diamante, la ferropericlasa, enstatitis y la ringwooditanunca se han observado con tales propiedades y en un objeto formado a esta profundidad.

Su presencia, especialmente la de ringwoodita que tiene la capacidad de absorber agua, tiende a probar que el diamante se formó en la “zona de transición” del manto terrestrees decir, a una profundidad de más de 660 kilómetros, y que esto constituía “un ambiente anegado”lo que significaría que “las condiciones del agua se extienden al menos hasta la zona de transición y hacia las capas inferiores del manto”.

“Aunque la formación de diamantes en las capas superiores del manto terrestre se asocia a menudo con la presencia de fluidos, rara vez se han observado gemas de grandes profundidades con minerales hídricos”explican los científicos.

secretos enterrados

En resumen: si la cosa se ha olido durante mucho tiempo, parece que hay agua, mucha agua debajo del suelo desnudo, y esto a profundidades que aún no sospechábamos.

Investigación previa había estimado que el agua presente bajo nuestros pies era al menos comparable en volumen a la que podemos ver en la superficie de la tierra.

Por lo tanto, este descubrimiento es importante para comprender el origen del agua en nuestro planeta. “Un ambiente acuoso muy profundo bajo tierra es fundamental para el origen de la vida y para que el planeta sea habitable. Necesitamos entender de dónde viene esta agua”.anuncian los investigadores, tomado por la placa base.

Esta agua de las grandes profundidades podría ser un “reservorio” creado por la caída de un asteroide en los primeros días del sistema solar, o ser el resultado de ciclos aún mal entendidos con los océanos superficiales. En ambos casos, entenderlo nos permitiría comprender mejor las condiciones en las que nació la vida en la Tierra, y cómo podría hacer lo mismo en otros lugares.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *