DART, la misión suicida de la NASA, se estrella con éxito a 22.000 km/h contra un asteroide

En inglés, Arte significa dardo. Y, el martes 27 de septiembre, a la 1:14 am (hora de París), el dardo de la NASA dio en el blanco: la misión suicida DART (Double Asteroid Redirection Test) se estrelló contra el pequeño asteroide Dimorphos, de 160 metros de diámetro, un satélite de un asteroide más grande, Didymos. Todo a 11 millones de kilómetros de la Tierra.

Durante la hora previa a la colisión pudimos seguir la aproximación del doble asteroide en el canal de la NASA gracias a Draco, la cámara instalada en DART. Aunque la película era más como una presentación de diapositivas, ya que solo se transmitía un fotograma por segundo, casi podías sentirte transportado a una nave espacial. Cincuenta minutos antes del impacto, cuando Dimorphos aún era una mancha pálida, se anunció que el objetivo estaba “bloqueado”como un avión de combate atacado por un misil.

Dos correcciones de trayectoria más tarde, realizadas por el software de navegación autónomo, pudimos distinguir claramente a Didymos y su forma de diamante. Fue hasta los minutos finales para que el óvalo de Dimorphos, cuya forma los científicos desconocían antes, comenzara a tomar forma en la pantalla. En los segundos finales, cuando ya no había dudas de que DART daría en el blanco, Draco envió más y más detalles desde una superficie rocosa. Ocupó todo el campo de visión, luego nada. Al morir, la sonda firmó el éxito de su misión.

Siguiente paso, la misión de Hera

El objetivo de DART, que golpeó a Dimorphos a una velocidad de 22.000 kilómetros por hora, es modificar ligeramente la trayectoria de su objetivo, para aprender a desviar un asteroide potencialmente peligroso para los terrícolas. Un ejército de telescopios apunta a la pareja Didymos-Dimorphos para medir cuánto tiempo se modificará el período de revolución del segundo alrededor del primero. Los resultados de estas observaciones no se esperan hasta dentro de varios días o incluso semanas. Es también el tiempo que tomará la retransmisión de las imágenes tomadas por LiciaCube, un nanosatélite italiano que acompaña a DART, que, manteniéndose a una distancia cautelosa para no correr el riesgo de ser destruido por las rocas expulsadas durante el impacto, filmó la escena y su resultado.

Dicho esto, la misión suicida de DART es solo el Acto I de la historia. En 2027, la misión Hera de la Agencia Espacial Europea (que despegará en octubre de 2024) examinará a Dimorphos desde todos los ángulos para analizar en profundidad las consecuencias de la colisión. Como explica Patrick Michel, director de investigación del CNRS en el Observatorio de la Costa Azul y director científico de Hera, este último “dará dos conjuntos de información crucial: el resultado final del impacto y todas las propiedades internas del objetivo gracias a un radar. Sabremos si es un agregado o un monolito, su mineralogía, sus propiedades geológicas, su masa.. Toda esta información es crucial para modelar lo que sucedió el martes y ayudar a comprender qué tan efectivo es el impacto de una nave para desviar un asteroide de su trayectoria. Con el fin de preparar el dardo correcto para el día en que la amenaza de un hipotético gran asesino de rocas se vuelva real.

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