El padre de una de las adolescentes agredidas por Mathieu van der Poel en el pasillo de un hotel este fin de semana, al margen del campeonato mundial de ciclismo de Australia, expresó su enfado hacia el ciclista holandés en la prensa australiana.
Su ira no disminuyó. El padre de uno de los adolescentes, que había sido agredido por Mathieu van der Poel en un pasillo de un hotel de Sydney (Australia), al margen del mundial de ciclismo, se mostró muy molesto contra el holandés. Si reconoció que las jóvenes se habían equivocado al importunar a la ciclista, pocas horas antes del inicio de la carrera en fila, no digirió la actitud de la campeona bátava. “Tiene todo el derecho a enfadarse, pero no a hacer lo que hizo. Son niñas pequeñas y él es enorme. Mi esposa está enojada porque huyó del país y por lo que hizo”, dijo a la prensa australiana.
También lamentó la baja condena impuesta al ciclista, que tuvo que pagar una multa de 1.000 euros. “Si abusara de niños, estaría encerrado en prisión por un año porque no puedo pagar la fianza. El maltrato infantil es algo grande”, agregó el padre, quien aseguró que su hija aún estaba traumatizada por este episodio. “Fuimos al hospital el domingo y la estoy llevando al psicólogo porque está asustada”, dijo.
El sábado por la noche, Mathieu van der Poel tuvo un enfrentamiento con las adolescentes en los pasillos de su hotel. Mientras se había acostado temprano para afrontar la carrera en fila en las mejores condiciones, había sido molestado por estas jóvenes que habrían llamado varias veces a la puerta de su habitación. Después de salir de su habitación muy molesto, supuestamente empujó a las adolescentes, una cayó al suelo y la otra fue arrojada contra una pared, causándole un rasguño en el codo.
se arrepintió de su comportamiento
Llevado a la comisaría por la policía, que había acudido al lugar, Mathieu van der Poel había quedado en libertad bajo fianza alrededor de las 4 de la mañana antes de comenzar la carrera de la que era uno de los grandes favoritos. Pero muy afectado por esta noche inquieta y este asunto, el holandés se había rendido a los 30 kilómetros.
A su regreso de Australia, tras declararse culpable y poder recuperar su pasaporte, se arrepintió de su comportamiento. “Agarré a una de las niñas por el brazo, pero definitivamente no con la intención de lastimarla. Por supuesto que lo siento, cometí un error. Sé que pude haber actuado de otra manera… Debería haber llamado a recepción o avisar a alguien, pero pensé que yo mismo podía solucionar el problema”, declaró a modo de mea culpa.